La fotografía permite tener un archivo de un pasado. Muchas veces, guarda un momento feliz: una reunión, una piñata, un bautizo…
Otras fotografías guardan un acontecimiento importante o particular, como una premiación, graduaciones u homenajes.
Pocas veces alguien saca la cámara para guardar un momento triste. Esos momentos quizás son tan duramente impresos en nuestros corazones que no es necesario…
La tristeza puede ser mucho más profunda en nuestros recuerdos que esos momentos alegres, inspiradores o felices.
Nadie, probablemente, quiere recordar esos momentos de tristeza, de pruebas, de retos… Por eso no los fotografiamos, aunque estén allí, por siempre.